dijous, 21 de novembre del 2013

Helena de Troya




Helena de Troya




Helena de Troya, a veces conocida como Helena de Esparta,  es un personaje de la mitología griega. Era considerada como la hija de Zeus y su madre pudo ser Leda aunque otra versión considera que su madre fue Némesis.
Fue una princesa griega célebre por su gran belleza, hermana de Cástor y Pólux.
Fue pretendida por muchos héroes  por su gran belleza. 
Contrajo matrimonio con el rey Menelao (en griego antiguo Μενέλαος), que fue un legendario rey de la Esparta Micénica y que fue una figura importante en la Ilíada y la Odisea, pero también Menealao fue popular en la tragedia griega (en la Odisea se le ve más como un héroe de la guerra troyana que como un miembro de la condenada familia de Atreo).

Helena fue raptada por Paris, el príncipe de Troya, hijo de Príamo, rey de Troya, lo que dió el origen a la Guerra de Troya.
Paris, príncipe troyano, viajó a Esparta donde fue recibido hospitalariamente por el rey Menelao, pero éste tuvo que zarpar con rumbo a la isla de Creta para asistir a los funerales por la muerte de su abuelo Catreo.
Paria aprovechó la ausencia del rey para seducir a Helena y raptarla, llevándosela en el barco, junto con las riquezas que pudo llevarse ella.
Una vez que Menelao fue informado de lo ocurrido, se dirigió a Micenas, donde pidió ayuda a su hermano Agamenón para reunir un ejército para conquistar Troya y recuperar a Helena.
Los pretendientes de Helena habían hecho un juramento según el cual todos quedaban obligados a prestarse ayuda en caso de que al elegido le fuese disputada Helena, por lo que muchos reyes aqueos quedaban obligados a participar en la expedición de castigo.
La flota griega estaba compuesta por un total de 1186 naves, bajo el mando supremo de Agamenón, que puso rumbo a Troya y, cuando llegaron, Menelao y Odiseo fueron designados como embajadores para reclamar la devolución de Helena y de sus tesoros ante la corte real de Troya. Los troyanos se negaron a ello e incluso pretendieron asesinarlos pero fueron salvados por Antenor. Poco después se inició la guerra.
Al final de la guerra, Menelao (esposo de Helena) fue uno de los griegos que se escondió en el caballo de Troya, para asaltar así la ciudad desde dentro.

Después de la guerra, Helena y Menelao se reconciliaron y trataron de regresar a Grecia, pero se vieron obligados a hacer una travesía que duró ocho años, después de éste largo viaje,pudieron volver a Grecia.

Helena es un personaje importante en la Ilíada: amada por el Rey Priamo y por Héctor.
Los habitantes de Troya reconocen su belleza pero le atribuyen la causa de los males que padece su ciudad.

 Helena también aparece como personaje en la Odisea.








divendres, 8 de novembre del 2013

Edipo el rey

                       

                      La historia de Edipo



Edipo era el hijo del rey de tebas  y, al nacer, el Oráculo de Delfos auguró a su padre, Layo, que el niño, una vez adulto, le daría muerte y desposaría a su mujer. Layo, queriendo evitar tal destino, ordenó a un súbdito que matara a Edipo al nacer. Apiadado de él, en vez de matarlo, el súbdito lo abandonó en el monte Citerón, colgado de un árbol por los pies, los cuales perforó. Un pastor halló el bebé y lo entregó al rey Pólibo de Corinto. Peribea o Mérope, la esposa de Pólibo y reina de Corinto, se encargó de la crianza del bebé, llamándolo Edipo, que significa ‘de pies hinchados por haber estado colgado.

Al llegar a la adolescencia, Edipo, por habladurías de sus compañeros de juegos, sospechó que no era hijo de sus pretendidos padres. Para salir de dudas visitó el Oráculo de Delfos, que le auguró que mataría a su padre y luego desposaría a su madre. Edipo, creyendo que sus padres eran quienes lo habían criado, decidió no regresar nunca a Corinto para huir de su destino. Emprende un viaje y, en el camino hacia Tebas, Edipo encontró a Layo en una encrucijada, discuten por la preferencia de paso y lo mata sin saber que era el rey de Tebas, y su propio padre. Más tarde Edipo encuentra a la esfinge, un monstruo que daba muerte a todo aquel que no pudiera adivinar sus acertijos, atormentando al reino de Tebas.